3. Calle de la Ferrería
Es la calle con más vestigios del Avilés medieval no en vano era la principal entre las que discurrían dentro de las murallas de La Villa. El baluarte defensivo fue, desgraciadamente, demolido en el siglo XIX.
La calle de La Ferrería, arrancaba en la puerta del Alcázar, la principal del recinto amurallado, que contaba con otras cinco; siglos mas tarde se trasladó aquí la Torre del Reloj que presidía la puerta de la actual calle de La Fruta. La Ferrería terminaba en la puerta de La Mar a la vera de la iglesia de los Franciscanos, donde estuvo situado el puerto hasta el siglo XIX.
Se trata de una avenida recta que traspasaba de parte a parte la ciudadela medieval (La Villa). Sembrada de soportales, que cambian de lado en el cruce con la calle del Sol, su nombre parece que responde a la actividad artesanal que en ella se desarrollaba: los ferreros (herreros). Como en otras de Avilés, los soportales servían como protección a los artesanos, de la lluvia o del sol, mientras faenaban aprovechando la luz diurna.
Fue en su tiempo la calle comercial de La Villa y, todavía hoy, guarda recuerdos imborrables que dan la extraña sensación al paseante de transitar por otras épocas.