El frente del antiguo manasterio cisterciense de monjas Bernardas ocupó la parte derecha del primer tramo de la calle desde 1552 hasta 1869. El monasterio fue demolido en el siglo XIX, no quedando vestigios de sus restos.
En el extremo sur, esquina con calle la Cámara, se ubicó una de las puertas de entrada de la muralla medieval. Su recorrido iba paralelo al límite oeste del recinto amurallado. Restos de los cimientos de la muralla se podían contemplar en el suelo vidriado de una popular sidrería ubicada al principio de la calle, en este momento cerrada.
Su tránsito peatonal permite un cómodo paseo entre artesonadas fachadas balconadas, condiciéndonos hasta la impresionante fachada barroca del Palacio de Camposagrado.